sábado, 26 de septiembre de 2020

Así se fueron algunos septiembres hace más de 13 años...

 

Lucy y yo en el aeropuerto,
rumbo a Bolivia para 
casarnos
Así fue la cosa:

Yo vivía en un pequeño garzonier (un departamento monoambiente... un cuartito, pues) y algunas veces Lucy llegaba en coche para llevarme a conocer la vida que florecía por todas partes cuando ella aparecía. 

Yo esperaba ordenando mis tiliches y repasando solfeo o leyendo mi Biblia; atento a la ventana y a los llamados que podrían entrar al celular... cuando no estaba cancelado por no ponerle crédito por demasiado tiempo.

Al llegar la señal corría y brincaba por las escaleras que daban a la calle, siempre torpe para escoger la llave del zaguán y lanzarme a alcanzarla, desbocado en la pendiente que descendía de mi casa al Eje 10.

Era septiembre... y luego octubre, noviembre... hasta el otro septiembre y un octubre más... yo coleccionaba miserias cada quincena y la boda se hacía lejana e imposible...

Y ante otra llamada yo brincaba y corría por la escalera una vez más cuando convocaba el sonido de mi celular... al igual que el canino de Pávlov... y así se escurría otro septiembre y otro octubre... 

Los meses se fueron gastando de tanto acumularse hasta el día en que, armado de valor (y con mi escolta pastoral) fui a pedir su mano...

...no voy a contar cómo fue esa tarde. Sólo quería dejar sentado que cuando escucho esta canción (que habla de un perro que aunque es desaliñado y travieso, brinca de amor cuando ella llega en su carro... y se pone contento cuando le hacen caso...) recuerdo que así fueron esos años, en los que me pasaba bailando entre la cocina y el sillón cuando me llamaba por teléfono y me decía: "Ya llegué"

"Sabes que me alimento de lo que robo entre tus encantos
Que tras la puerta corro y espero
al llegar tu carro..."




 




jueves, 27 de agosto de 2020

Respondiendo preguntas por Zoom 27 Agosto 2020

Hoy jueves a las 20:00 tendremos un tiempo para contestar preguntas acerca de Cómo estudiar la Biblia. Una actividad ligada al curso que estamos teniendo a través de youtube.

Si deseas conectarte a través de Zoom:
Puedes darle click a este enlace directamente: Clase Zoom

o con estos datos:
ID de reunión: 880 4062 8100
Código de acceso: 143056

lunes, 17 de agosto de 2020

Tarea 1 de Observación

Desde hace un tiempo comenzamos un taller sobre cómo estudiar la Biblia a través de mi canal de Youtube. El link para el curso es este: Cómo estudiar la BIblia (Los martes a las 18:00 estamos en vivo con la clase nueva).

Aquí les propongo un ejercicio para practicar.

Hemos estado aprendiendo la importancia de observar un texto bíbico. Tratar de conseguir todos los detalles que están escritos, aún los más pequeños. Tratar de comprender todo el texto o descubrir qué cosas del texto no comprendemos (Pueden ser palabras que suponemos su significado pero que no lo conocemos bien, lugares que ignoramos, datos de la historia que no hemos comprendido, etc.). Vimos varias técnicas para observar separando el texto por categorías y volviéndolo a unir para no perder el contexto.

Tomemos Marcos 2:1-12 y observemos. Marca todos los detalles que encuentres, personajes, acciones, etc. Recuerda que hay tres actividades que hacemos todo el tiempo: Leer, tomar notas y meditar.

Recuerda también anotar todas las cosas que no comprendes o necesitas investigar más. Anota versículos que vengan a tu mente mientras lees el texto.

¡¡IMPORTANTE!! ---- Recuerda NO leer comentarios, escuchar prédicas o cosas semejantes (hay un tiempo para eso pero ahora queremos sacar del texto lo que Dios nos muestre directamente)

Si deseas puedes compartir algunas dudas, preguntas o hallazgos en la caja de comentarios. Trataremos de responder esas inquietudes en las clases de los martes a las 18:00



lunes, 10 de agosto de 2020

Demasiado demasiado

La palabra "demasiado" quiere decir que algo está demás y tan demás que ya es innecesario (o incluso, a veces, un estorbo). Pero por alguna razón desde hace algún tiempo se ha comenzado a utilizar como un sinónimo enfático de "mucho". Por ejemplo a veces hay quien dice: "a fulanito lo quiero demasiado", cuando lo que quisieron decir es "lo quiero mucho" ya que si se quiere "demasiado", en realidad se ha rebasado la medida y por tanto ya hablaríamos de un afecto innecesario o incluso perjudicial.

En todo caso, yo creo que esto obedece a esa torpe costumbre que tienen las palabras de desgastarse a fuerza del uso, y a veces se desgastan tanto que su significado termina siendo banal, aunque en principio eran poderosas.

Eso puede suceder con palabras mucho más significativas como las conjugaciones de "amar".

Hace casi 20 años mis papás vinieron por primera vez de visita a México y un amigo mío me hizo el favor de llevarlos a pasear por la ciudad mientras yo estaba en horario laboral. Mas tarde mi papá me contó extrañado que mi amigo les había dicho: "su hijo los ama". ¿Qué era lo que mis papás tomaban como extraño en una frase así? Ellos eran muy conscientes de mis afectos, esa no era la sorpresa sino la palabra utilizada.

En Bolivia, hace 20 años (antes de que el internet nos devorara entre sus fauces a toda hora y en todo momento), la palabra "amar" sólo se utilizaba en la relación romántica entre novios o esposos. Uno podía amar a una novia pero no era lógico decir que uno "amaba" a sus padres. Era una palabra muy exclusiva a cierto tipo de amor, y eso la hacía muy especial... pero en México esa palabra ya había ganado terreno y se utilizaba de muchas maneras. (Tal vez por la cercanía a Estados Unidos, ya que en inglés la palabra love se utiliza naturalmente en esa gran cantidad de sentidos)

En todo caso, el día de hoy utilizamos la palabra "amar" de manera indiscriminada para referirnos a una canción, una película, una mascota, un día de la semana, un familiar o una actividad... y tal vez por eso de pronto hay la necesidad de enfatizar la expresión con un "amo demasiado".

¿Pero en realidad amamos todo eso? o solo hemos tomado una palabra que era significativa y la hemos usado indiscriminadamente, tanto que ahora es demasiado fácil decir que amamos a alguien, no porque amamos más sino simplemente porque es más fácil decirlo.

¿Cuál es mi propuesta? ¿Volver a utilizar la palabra "amar" sólo para describir un tipo de relación? Bueno, esa podría ser una opción pero creo que hay una alternativa aún mejor: amar de verdad a quienes por el momento sólo les decimos eso porque el vocablo surge de nuestros labios lo mismo con un helado, el chocolate, una película o una mascota.

Creo que el reto es pedir a Dios que nos ayude a amar indiscriminadamente pero no abaratar nuestro afecto... al final de cuentas, nunca se puede amar demasiado.

(Eso sí, creo que la palabra "demasiado" sí se usa demasiado y sería bueno respetar su significado... a veces es bueno entender que "mucho" no es "demasiado"... aunque sea mucho mucho...)

domingo, 12 de julio de 2020

¿Hace 6 años??? Converso verso a verso

Por pura casualidad hoy me di cuenta de que el primer programa de "Converso verso a verso" lo lanzamos el 11 de julio de 2014 (tal vez salió un poco antes en otra plataforma pero en ivoox se publicó el 11 de julio).

¡Qué!?? ¿han pasado 6 años?

Sí... así es.

En aquella época llegaban a Semilla muchos mails con preguntas acerca de distintos temas y yo me encargaba de responderlos. El problema era que eran muchos correos y afortunadamente mucho eran semejantes... por ello pensé que una manera de contestarlos sería grabando las respuestas y así podría dirigir a la gente a un programa específico en vez de escribir toda una respuesta.

También pensé que los lunes, antes de la junta de planeación de la iglesia podría pedirle a mis amigos que me ayudaran a contestar las preguntas, y así no cargaría todo el peso yo solito.

El siguiente asunto fue buscar un nombre para el programa... y una plataforma que no sea compleja porque yo no era -ni soy- diestro en los avatares digitales.

Era una conversación entre creyentes, que tratarían de responder preguntas a partir de los estudios verso a verso que habíamos hecho de la Biblia... entonces, como siempre me ha gustado la cacofonía surgió: Converso verso a verso.

Un converso es un creyente... y una conversación... y una cacofonía de con verso... en fin, una conversación con verso con conversos que conversan con verso a verso.... algo así.

Mis amigos se pusieron las pilas y solícitos llegaban a las citas... a veces... casi siempre... a veces... luego Dodo Robles se dio a la tarea de poner más micrófonos y alistar una sala donde podíamos grabar con más comodidad... más adelante Idalia Estrada me dijo que podía ayudarme con la edición y la gestión a las plataformas de ivoox, spreaker y podcast de itunes (se nota claramente cuando ella comenzó a editar los audios y ya no lo tenía que hacer yo)

Tiempo después algunos de mis amigos tomaron el llamado que Dios les hizo fuera de la CDMX y el reunirnos a grabar se tornó imposible... y así, sin quererlo un día dejamos de reunirnos para hacer este programa, que -debo decirlo- realmente me agradaba, me divertía y me permitía aprender mucho.

En homenaje al VI aniversario (léase "vi... v chica palito) decidí subir los programas que hay a youtube, a lo mejor alguien se divierte como nosotros nos divertíamos al hacerlo y a lo mejor alguien encuentra una veta de curiosidad que le lleve a cosas mucho más serias e importantes.

Podrás escucharlo aquí: Playlist de Converso Verso a Verso

domingo, 21 de junio de 2020

No te equivoques, mejor peca...

Uno de los discursos que a veces oímos cuando alguien ha caído en pecado es: "lo siento, es cierto, me equivoqué". Lo cual, supongo que pretende ser una especie de "confesión" pero que confiesa otra cosa y no lo necesario.

Verás, cualquier ser humano comete multitud de errores muchas veces al día: confundimos palabras, equivocamos el nombre de alguna persona, decimos una fecha equivocada, etc. 

Pero el pecado no es un "error involuntario" (¿error involuntario?? perdón por la redundancia) sino que es un acto deliberado de rebelión contra la Ley de Dios, por ello, cuando alguien peca no puede (o mas bien no debería) utilizar la frase "Cometí un error, me equivoqué".

Además, esta excusa suele acompañarse del razonamiento falaz: "El que esté libre de pecado tire la primera piedra" (Razonamiento que Jesús utiliza de una manera específica y en un contexto específico, no para escudarnos cuando "pecamos involuntariamente")

Por eso el consejo que puse en el título: "...mejor peca", ya que el aferrarte a que fue un error sólo es una demanda para reclamar que los demás no sean injustos al encararte, pues ¿quién no se equivoca?

... pero eso no es lo peor.

El disfrazar un pecado con el traje de "error" o "equivocación" nos arrebata la posibilidad de apelar a la Gracia de Dios, nos roba la libertad de confesión  y nos despoja de la capacidad de arrepentimiento delante de Dios. Y esa es una tragedia porque al escondernos en "fue un error" en realidad nos apartamos del perdón de Dios.

En realidad ese argumento es el triste eco de la primera excusa de la historia: "La mujer que tú me diste..." o la subsiguiente: "La serpiente me engañó y yo comí..." (al final pareciera que ni Adán ni Eva tuvieron la culpa... sólo cometieron errores... ¿quién podría tirar la primera piedra?)

"Me equivoqué, lo admito" es una trampa de nuestra carne para evitar la humillación que merecemos ante Dios y ante los demás.

Quienes apelan a la frase "El que esté libre de pecado que tire la primera piedra..." olvidan que la mujer pecadora de Juan 8, estaba ahí dando la cara, sin escapar ni esconderse, aceptando su culpa delante de Dios y de los hombres. No es ella la que grita "¿Quién puede tirar la primera piedra?" sino que permanece ante el Señor -culpable y condenada- hasta que Cristo mismo la declara libre para irse... nunca dijo "Perdón, fue un error, me equivoqué, cometí una equivocación... pero quién no se equivoca".

Evita la trampa de caer en la trampa... no te equivoques, mejor peca... o para ponerlo sin confusión: no digas que fue un error, sino confiesa que has pecado y recuerda que:

"El que encubre sus pecados no prosperará; mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia"
Proverbios 28:13

lunes, 8 de junio de 2020

Portada 2 - Facundo Cabral en Bellas Artes

Corrían los años finales de la década del 70 y vivíamos entre las montañas del departamento de La Paz, más allá del Illmani, aquél célebre guardián de nieve que sojuzga la capital desde la arrogancia  de su altura.

Mis papás habían movido su residencia a un pueblito, lejos de la ciudad y apartados de la persecución política de la dictadura. Las centrales hidroeléctricas serían la fuente de trabajo y el germen de aventuras de aquellos tiempos que en mi mente se revuelven con recuerdos reales, historias que escuché y fotos que todavía conservo en la memoria

La casa era inmensa (como suele ser la casa de la infancia) y la incomunicación con el mundo era la anchura de cada día. En aquel pueblito no había señal de televisión, no había estaciones de radio ni llegaba ningún tipo de periódicos, lo único que nunca faltaba era luz eléctrica ya que casi todos en el pueblo trabajaban en la central hidroeléctrica que alimentaba de corriente eléctrica gran parte del departamento. (ojo, Bolivia está dividida en "departamentos", es el equivalente a "estados" en México)

La cosa es que en medio de aquella vida rural, mis papás tenían algunos cassettes que sobrevivieron a la mudanza y a la censura del gobierno militar, y esa era la música que se escuchaba en casa todos los días. Mis días se iban en jugar, cazar arañas, comer pan recién horneado y escuchar la música de mis papás.

Entre la música que había sobresalía un cassette en particular, uno en el  que se oía a un solo hombre que cantaba con su guitarra mientras el público reía y aplaudía cada cierto tiempo, incluso antes de que la canción terminara. Otra cosa que recuerdo es que este hombre del cassette hablaba mucho, mucho, pero hablaba como si cantara, como si contara una vida en cada letra (muy distinto al cassette con el discurso de Fidel que en aquel tiempo me aburría... que luego me gustaría... y que ahora..., bueno, esa es otra historia)

En ese cassette había una canción acerca del diablo, una sobre una tal "señora de Juan Fernandez" y una sobre la María Teresa, que comenzaba con una serie de bienaventuranzas que desde aquella época me intrigaban, y que desembocaban en una canción que hablaba de María Teresa, una mujer que brillaba con luz propia en medio de la canción. Una mujer cuya belleza competía con las bienaventuranzas que precedían a la melodía.

Pasaron los años y ese cassette se fue disolviendo entre recuerdos, más mudanzas y más dictaduras... hasta que un día, cuando ya vivía en México, entré a Mixup y encontré entre las novedades un CD con estas canciones que a mí me sonaban a "ratatouille" (Si viste la película me comprendes).  Escarbé entre mis bolsillos los pocos pesos que tenía y arriesgando la comida de la semana compré el par de discos  (Un CD doble) y me fui rápidamente a mi casa.

Mis papás inspeccionando una presa
para la central hidroeléctrica
La emoción me embargaba mientras colocaba ese tesoro... directamente a la canción de la  María Teresa. Cuál sería mi sorpresa cuando al escuchar la letra, siendo ya un hombre crecido y a miles de kilómetros de mi casa, me daba cuenta de
que en realidad ¡María Teresa era -y siempre ha sido- mi mamá!

En verdad Alicia es quien hizo siempre que sea "bienaventurado este lugar y este  momento, amigo mío, porque la vida es aquí y ahora... y contigo"

Gracias Mamita... nunca necesitaste ni el brillo de la luna pa estar hermosa!


sábado, 6 de junio de 2020

Evangelio de Juan... tengo una confesión

Nos tomó casi un año exacto estudiar en Semilla Querétaro el Evangelio de Juan, verso a verso (Aquí puedes escuchar toda la serie). Y recordé que siempre digo que hay dos libros de la Biblia que no me gusta estudiar/predicar: El libro de Salmos (las razones las contaré algún día) y el Evangelio de Juan.

Sé que suena raro decir eso de uno de los libros de la Biblia más queridos por todos (incluso por mí), pero déjenme me explico.

Digo que no me gusta estudiar el Evangelio de Juan (y sobre todo tener que enseñarlo en un estudio bíblico) porque siempre termino frustrado.

Siempre tengo la sensación de que debía haber estudiado un poco más, me quedo con la idea de que dejé de lado doctrinas que pudieron enseñarse y que ni siquiera tuve tiempo de mencionar (o a veces  ni de estudiar). Entonces la siguiente semana arranco temprano mi jornada de estudio y reviso el texto en todas las versiones, en todos los idiomas y repaso todos los comentarios que ofrece internet. Me sumerjo en el griego y reviso las referencias al Antiguo Testamento (incluso en la Septuaginta), saco mi Nuevo Testamento interlineal y mi libro de Teología Sistemática para que no se me vaya ninguna brizna doctrinal sin que sea desempolvada. Luego magistralmente acomodo eso en un prédica de 45 minutos y...

...y sí, regreso frustrado porque tengo la impresión de que compliqué demasiado algo que podía haberse comprendido con una lectura sencilla y tal vez alguna que otra referencia hacia algún otro pasaje.


Es que este Evangelio es así, alguien lo describió como "un océano tan profundo como para bucear y a la vez una pequeña alberca en la que un niño puede jugar sin peligro". Bueno, por esa bendita sensación de incapacidad que saca a flote es que no me gusta este Evangelio... y sí, lo diré claro y con todas sus letras, es también por esa misma razón que me encanta y no puedo esperar la próxima vez que tengamos que estudiarlo en la iglesia. Por lo pronto, a partir del 14 de junio comenzaremos a estudiar Gálatas, verso a verso, espero que no nos tome un año... pero quién puede predecir esas cosas...

jueves, 28 de mayo de 2020

Portada 1 - Un secreto a voces

En aquel tiempo yo trabajaba por las noches tocando con "Los perros rabiosos" en el "Clapton, club de blues" (Aquí hay un video  con una canción del disco de la banda y Aquí otra tocando en vivo en el Clapton). Por ello, los domingos dormía hasta tarde ya que llegaba a casa cerca de las 4:00am.

Pero ese domingo era especial porque mi mamá regresaba de México. (Había estado unos días en un congreso de ceramistas y tomando unas clases de talvaera). No recuerdo los detalles pero supongo que mi mamá llegó a casa cerca de las 6 de mañana porque cuando desperté, como a las 8:00, ella ya estaba ahí.

"Te traje un regalo", me dijo indicándome que me dirigiera a la sala, donde estaba el aparato para reproducir CD's. Me acomodé en el punto exacto en el que sabía que se escucharía mejor.
"Cerrá los ojos". Dijo con severidad y yo obedecí sin discusiones.

Entonces se escuchó el rechinido de la apertura de un baúl y el sonido de todo tipo de objetos siendo extraídos...

...Por esas fechas, todos esperábamos ansiosos a que saliera el álbum "Descartes" de Silvio Rodriguez. Sabíamos que saldría pronto pero -en los tiempos previos al internet, y en una Bolivia tan lejana- solo podíamos suponer y esperar a que alguna tienda nos sorprendiera con el disco en la estantería.

Cuando se escuchó "¿Quieres que te muestre mi secreto?" y comenzó a sonar una guitarra abrí los ojos extasiado ¿Sería acaso el tan esperado Descartes?

Mi mamá, como siempre lo hace, adivinó mis pensamientos y me dijo "No, no es eso que crees". Un instante después se escuchó claramente la voz de Silvio... Yo la miré y dije "¡es el Descartes!" Ella contestó con calma: "no, no lo es"

Centré mi atención en la canción, la voz era de Silvio, no había dudas.... pero de pronto sonó Filio, a quien conocía sólo por unas grabaciones que encontré en un cassette que me había prestado Gustavo. Cada vez más confundido miré a mi mamá y ella me entregó el CD "Secreto a voces"

Unos días después, mientras yo ponía el disco en todas partes y memorizaba los acordes de todas las canciones, mi mamá dejó sobre mi cama el folleto de una escuela de música en la Ciudad de México. Sólo unas semanas más tarde ya tenía mi boleto y la fecha de vuelo para venir a México, sin saber que sucedería todo lo que aquí me habría de suceder.

Los recuerdos de esos meses antes de mi viaje a México están teñidos con el sonido y la fragancia de este disco. Lo curioso del caso es que un día encontré a quien podía enseñarme el cómo por qué y el cuándo, y que como el Sol de Justicia, brilló sobre mi vida.
Esta es la canción que abre el disco y que escuché aquella mañana tan cercana, aunque han pasado casi 22 años:


viernes, 22 de mayo de 2020

Hebreos Verso a verso

Hace algunos años, en Semilla Xochimilco estudiamos verso a verso a la carta a los Hebreos. Las conferencias andaban por ahí pero recién las recuperé y las estoy poniendo en mi canal de Youtube, por si usté gusta darse una vuelta por la sucursal videófila de Gotitas.

Ahí mismo encontrará algunas escenas de mi vida que han quedado plasmadas en alguna versión desvelada de celuloide... algunas antes de la llegada del celular...

Bueno, aquí el link a las prédicas de Hebreos (poco a poco irán completándose):  Hebreos verso a verso

Y aquí la primera prédica, usté verá si me da la venia de un like y una suscripción (así dicen que se tiene que decir ¿no?)



lunes, 11 de mayo de 2020

Del verbo al Verbo (Crónicas del tiempo de la U)


No recuerdo el año, pero habrá sido a mediados de los 90 (lo advierto por lo largo del cabello) cuando en la universidad nos convocaron a renovar el carnet universitario, algo vital para poder utilizar la biblioteca, tener acceso a un descuento en la cafetería y (aunque no lo crean) poder utilizar el centro de máquinas de escribir (ay... la edad me está pegando... algunos ni siquiera saben qué es eso).
Esta vez la innovación sería suprema en tecnología, el susodicho carnet no sería una hojita enmicada sino una tarjeta con una impresión ¡Hasta la fotografía sería tomada al instante y saldría inmediatamente en el documento! (ay... con esta edad me va a dar... me va a dar...)

Estaba en alguna clase (no recuerdo cuál, aunque sospecho que sería "minimedios de comunicación") cuando los encargados pasaron al salón a hacer el anuncio llamándonos a "carnetizarnos" lo antes posible. Al salir ellos, el lic. que daba la clase nos preguntó si encontrábamos algún problema en el anuncio que nos habían dado. Como nadie lo notaba él expresó: "'Carnet' es un sustantivo, no un verbo, por tanto no se conjuga. Nadie puede 'carnetizarse'. ¿Acaso cuando te compras un reloj te estás 'relojizando'?"

"Verbalizar un sustantivo", pensé... mientras trataba de evitar tararear una canción de Arjona... pero el hecho llamó profundamente mi atención... verbalizar un sustantivo... ¿podría sustantivarse un verbo?

Muchos años después de ese evento, ya como estudiante en México, me topé en la Biblia con la narración de Juan que presentaba a Jesús como "El Verbo"... ¡Pero encarnado! o sea, este Verbo no era una acción sino una persona... ¡un sustantivo! (sí, ya lo sé, puristas del lenguaje, que no es tal cual pero permítanle la licencia a ese muchacho que comenzaba a patear las calles del Distrito Federal... en ese tiempo había olvidado mucho de la universidad y no conocía casi nada de la Biblia). 

- ¡Wow! - Pensé - ¿en serio el Verbo hecho un hombre? Sólo un tiempo después estaba recibiendo un nuevo carnet, uno invisible, con una nueva identidad, y una ciudadanía que no pertenece a este mundo.

Han pasado muuuuchos años de eso. Esta semana, buscando unos cables que necesitaba para hacer andar una consola, me topé con este carnet y se nota que el tiempo lo ha desgastado, decolorado y definitivamente ya no es una tecnología nueva. Mi rostro también ha cambiado por los años, los traumas y las cirugías... pero mi nuevo carnet, de aquella nueva ciudadanía, sigue intacto... como mi herencia: incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en el Cielo para mí, que soy guardado mediante la fe, por el poder de Dios.


lunes, 6 de abril de 2020

Semana Santa 2020 - Semilla de Mostaza


Debido a las condiciones por las que estamos atravesando a causa del "virus de la corona", no nos  hemos podido reunir, pero no por eso vamos a dejar de buscar en La Palabra el consejo y el consuelo que nuestros días necesitan, porque aunque cambiaron algunas circunstancias, nuestra necesidad básica no ha cambiado.

En Semilla Querétaro deseábamos tanto reunirnos en nuestro nuevo local para adorar a Dios y estudiar Su Palabra varias veces a lo largo de la semana, pero eso no será posible. Lo que sí podremos hacer es reunirnos en familia, cada quien en su propia casa y así, sin estar en un mismo lugar, poder estar unidos en un mismo propósito: Recordar la obra de Cristo por nosotros.

Esta semana estaremos reuniéndonos cada semana a las 20:00 para escuchar un mensaje especial siguiendo la cronología tradicional de la Semana Santa (sabemos que existen controversias y debates al respecto pero nosotros queremos recordar un hecho, no una fecha). Así que te invitamos a conectarte cada día a la transmisión que tendremos. Puedes hacerlo directamente a través de semillaqueretaro.com o a través de la cuenta de facebook de Semilla México.

Aquí les dejo el programa de esta semana, espero que puedan acompañarnos.
Bendiciones

miércoles, 29 de enero de 2020

Excusas que excluyen

Dicen que "aquel que es bueno para dar excusas, raramente es bueno para otra cosa". El echarle la culpa a otros por nuestra condición o por nuestras fallas es parte de nuestra condición caída; desde el principio esa fue la primera respuesta de Adán y de Eva:

"Fue la mujer...", "Fue la serpiente" y aunque esos datos eran verdaderos, no reflejaban la verdad.

Santiago nos deja muy en claro que cada uno de nosotros es tentado cuando de nuestra propia concupiscencia somos atraídos y seducidos (Santiago 1:14). O sea que los factores que nos tientan no provienen de las circunstancias externas, sino de nuestro propio corazón.

El buscar excusas sólo nos lleva a escondernos inútilmente con un traje de hojas, que no abriga ni conforta. Pero el entender mi condición de necesidad y reconocerla  me pone en la puerta de la Gracia de Dios.

Al final de cuentas, en el jardín de Edén Dios había provisto todo tipo de alimentos para Adán y Eva, o sea que no fue el hambre lo que llevó a Adán y a Eva a comer del fruto prohibido, sino un deseo de rebeldía e independencia de Dios.

Ante nuestro pecado no nos rodeemos de excusas tratando de esconder nuestra condición, sino vengamos delante de aquel que -como un Cordero sin mancha -
proveyó la vestimenta de un nuevo hombre, creado en la justicia y santidad de la verdad.

sábado, 25 de enero de 2020

¡Enseñanza y Ejemplo!

"¡¡Buena enseñanza y buen ejemplo!!"
así clamamos a viva voz y a los cuatro vientos... y creo que tenemos razón. Estas dos cosas son fundamentales en el liderazgo, ya sea en la iglesia o en ámbitos más cercanos como la familia... "Buena enseñanza y buen ejemplo" es nuestra demanda.

Pero aunque es justa la exigencia, de ninguna manera eso es lo que necesitamos como base de nuestro caminar en fe.

Verás, Judas tuvo delante de sus ojos al mejor maestro, ante sus oídos la mejor enseñanza y ante su vida al mejor ejemplo de integridad, amor y servicio... pero no fue suficiente para él.

Es que al final del día no es suficiente un buen maestro sino que necesitamos reconocer que necesitamos Un Salvador.

En el proceso de humillación para reconocer nuestra miseria no necesitamos nada más que contemplar la Cruz, aquella evidencia de lo terrible de nuestro pecado.

Es cierto que todos necesitamos un referente físico que nos muestre el caminar firme en la fe (¡Gloria a Dios por aquellos que han modelado el amor de Dios delante de nosotros!) pero también es cierto que la  obra redentora de Dios viene sólo contemplándole a Él, y a nadie más que a Él.

No pretendo sembrar excusas a quienes deberían marcar el camino, sino que estoy recordándome a mí mismo que mi confianza debe estar en Cristo y que yo mismo podría -así como Judas- errar en mis pasos cuando no entiendo mi necesidad... aún con buena enseñanza y buen ejemplo delante mío.

jueves, 16 de enero de 2020

envidia... o en muerte...

La envidia...
Esa insidiosa compañera de tantas madrugadas.

La envidia es capaz de amargarnos los mejores momentos con la excusa de que alguien podría estar viviendo o teniendo algo mejor que nosotros.
Pero lo peor se da cuando racionalizamos o justificamos eso que nos está consumiendo por dentro... y es mucho peor cuando nos sucede cómo cristianos.

Todos batallamos  con el contentamiento (en mayor o menor medida), eso es algo natural en nuestra condición caída, y el justificar nuestro pecado alivia un poco nuestra carne pero a la larga puede destruir nuestra vida.

En particular he oído mucho la frase: “Perenganito es un presumido al poner en redes sociales todo lo que compra, los lugares donde come y los viajes que hace ¿no se da cuenta de que puede ser de tropiezo para la gente que lo sigue?”
(Insertar imagen/meme/emoji/ boquiabierto)

A ver ¿en verdad estamos acusando a alguien de “incitar a la envidia”????
La envidia es una condición interna, no algo que otro provoca y nunca (NUNCA) culpa de alguien más. Es uno de esos pecados en los que nos abalanzamos solitos y sin colaboración de nadie. El negarlo sólo aparta de nuestro alcance la medicina que puede aliviar ese dolor (la envidia duele mucho): el arrepentimiento y la confesión de nuestro pecado.

Aunque la tentación de echarle la culpa a otra persona en muy grande, recuerda que cuando la envidia te quiere comer las entrañas no es algo que otro tiene que resolver sino nosotros mismos ante la Gracia de Dios. Y la Gracia de Dios está tan alcance de todos que no necesitamos envidiarla de nadie.