sábado, 6 de junio de 2020

Evangelio de Juan... tengo una confesión

Nos tomó casi un año exacto estudiar en Semilla Querétaro el Evangelio de Juan, verso a verso (Aquí puedes escuchar toda la serie). Y recordé que siempre digo que hay dos libros de la Biblia que no me gusta estudiar/predicar: El libro de Salmos (las razones las contaré algún día) y el Evangelio de Juan.

Sé que suena raro decir eso de uno de los libros de la Biblia más queridos por todos (incluso por mí), pero déjenme me explico.

Digo que no me gusta estudiar el Evangelio de Juan (y sobre todo tener que enseñarlo en un estudio bíblico) porque siempre termino frustrado.

Siempre tengo la sensación de que debía haber estudiado un poco más, me quedo con la idea de que dejé de lado doctrinas que pudieron enseñarse y que ni siquiera tuve tiempo de mencionar (o a veces  ni de estudiar). Entonces la siguiente semana arranco temprano mi jornada de estudio y reviso el texto en todas las versiones, en todos los idiomas y repaso todos los comentarios que ofrece internet. Me sumerjo en el griego y reviso las referencias al Antiguo Testamento (incluso en la Septuaginta), saco mi Nuevo Testamento interlineal y mi libro de Teología Sistemática para que no se me vaya ninguna brizna doctrinal sin que sea desempolvada. Luego magistralmente acomodo eso en un prédica de 45 minutos y...

...y sí, regreso frustrado porque tengo la impresión de que compliqué demasiado algo que podía haberse comprendido con una lectura sencilla y tal vez alguna que otra referencia hacia algún otro pasaje.


Es que este Evangelio es así, alguien lo describió como "un océano tan profundo como para bucear y a la vez una pequeña alberca en la que un niño puede jugar sin peligro". Bueno, por esa bendita sensación de incapacidad que saca a flote es que no me gusta este Evangelio... y sí, lo diré claro y con todas sus letras, es también por esa misma razón que me encanta y no puedo esperar la próxima vez que tengamos que estudiarlo en la iglesia. Por lo pronto, a partir del 14 de junio comenzaremos a estudiar Gálatas, verso a verso, espero que no nos tome un año... pero quién puede predecir esas cosas...

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