jueves, 28 de mayo de 2020

Portada 1 - Un secreto a voces

En aquel tiempo yo trabajaba por las noches tocando con "Los perros rabiosos" en el "Clapton, club de blues" (Aquí hay un video  con una canción del disco de la banda y Aquí otra tocando en vivo en el Clapton). Por ello, los domingos dormía hasta tarde ya que llegaba a casa cerca de las 4:00am.

Pero ese domingo era especial porque mi mamá regresaba de México. (Había estado unos días en un congreso de ceramistas y tomando unas clases de talvaera). No recuerdo los detalles pero supongo que mi mamá llegó a casa cerca de las 6 de mañana porque cuando desperté, como a las 8:00, ella ya estaba ahí.

"Te traje un regalo", me dijo indicándome que me dirigiera a la sala, donde estaba el aparato para reproducir CD's. Me acomodé en el punto exacto en el que sabía que se escucharía mejor.
"Cerrá los ojos". Dijo con severidad y yo obedecí sin discusiones.

Entonces se escuchó el rechinido de la apertura de un baúl y el sonido de todo tipo de objetos siendo extraídos...

...Por esas fechas, todos esperábamos ansiosos a que saliera el álbum "Descartes" de Silvio Rodriguez. Sabíamos que saldría pronto pero -en los tiempos previos al internet, y en una Bolivia tan lejana- solo podíamos suponer y esperar a que alguna tienda nos sorprendiera con el disco en la estantería.

Cuando se escuchó "¿Quieres que te muestre mi secreto?" y comenzó a sonar una guitarra abrí los ojos extasiado ¿Sería acaso el tan esperado Descartes?

Mi mamá, como siempre lo hace, adivinó mis pensamientos y me dijo "No, no es eso que crees". Un instante después se escuchó claramente la voz de Silvio... Yo la miré y dije "¡es el Descartes!" Ella contestó con calma: "no, no lo es"

Centré mi atención en la canción, la voz era de Silvio, no había dudas.... pero de pronto sonó Filio, a quien conocía sólo por unas grabaciones que encontré en un cassette que me había prestado Gustavo. Cada vez más confundido miré a mi mamá y ella me entregó el CD "Secreto a voces"

Unos días después, mientras yo ponía el disco en todas partes y memorizaba los acordes de todas las canciones, mi mamá dejó sobre mi cama el folleto de una escuela de música en la Ciudad de México. Sólo unas semanas más tarde ya tenía mi boleto y la fecha de vuelo para venir a México, sin saber que sucedería todo lo que aquí me habría de suceder.

Los recuerdos de esos meses antes de mi viaje a México están teñidos con el sonido y la fragancia de este disco. Lo curioso del caso es que un día encontré a quien podía enseñarme el cómo por qué y el cuándo, y que como el Sol de Justicia, brilló sobre mi vida.
Esta es la canción que abre el disco y que escuché aquella mañana tan cercana, aunque han pasado casi 22 años:


No hay comentarios:

Publicar un comentario