Romanos capítulos 1-8
El día de hoy vamos a repasar los primeros ocho capítulos del libro de Romanos ya que a partir del capítulo nueve Pablo hace un pequeño giro en el tema que esta tocando, así que el día de hoy toma un poquito más de tiempo para leer de corrido Romanos 1-8.
Incluímos un pequeño resumen de cada capítulo para ayudarte a ver globalmente toda esta sección, pero tú lee el texto completo en tu Biblia.
Romanos 1
Pablo se presenta como un siervo de Jesucristo cuya tarea es predicar el evangelio, del cual no se avergüenza.
Vemos cómo la humanidad ha rechazado a Dios aunque pudo haberle reconocido por medio de la cración, en vez de reconocerle adoraron la creación en vez de al creador.
Romanos 2
Dios juzga con justicia, nadie podrá excusarse delante de Él, y su juicio no es de acuerdo a la nacionalidad o a la raza, por eso, si bien la humanidad no quiso conocer a Dios, el pueblo judío también está en la misma situación porque teniendo la ley no la guardaron.
Romanos 3
No hay ventaja ni para el gentil (no judío) ni para el judío: todos han pecado y todos estamos destituídos de la gloria de Dios. Por eso, Dios manifestó su justicia de una manera distinta: por medio de la fe en Jesucristo, Él es el pago por nuestros pecados y somos salvos por creer (fe) ¿puede alguien decir que “ganó” su salvación, sea judío o gentil? Claro que no.
Romanos 4
Pablo describe la justificación por fe a través del ejemplo de Abraham. Él creyó y el creer fue lo que lo justificó ante Dios, no el ser judío (porque fue justificado antes de que Dios diera a Abraham la señal de la circuncisión, que es la señal de la promesa al pueblo judío) Como dice el v.8 de ese capítulo: “Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado”, no dice que “no peca” sino que Dios ya no inculpa de pecado (porque todos pecamos pero por fe somos libres de esa condena)
Romanos 5
Por fe somos justificados y ya podemos tener paz para con Dios. Por fe tenemos entrada a la gracia de Dios y podemos gloriarnos en la esperanza de la gloria de Dios y también en las pruebas.
Pablo pone otro ejemplo: Adán, por quien entró el pecado en el mundo y Jesús por quien entró la salvación al mundo
Romanos 6
Si he creído en Cristo, entonces mi naturaleza anterior fue crucificada con Cristo y mi nueva naturaleza nació con la resurrección de Jesucristo. ¿Podré seguir viviendo de acuerdo a lo que mi naturaleza anterior demandaba? ¿Podré seguir pecando? En ninguna manera. Ahora estoy muerto al pecado y por fe estoy vivo para Cristo. Ahora presento mis miembros a la justicia en vez de al pecado. El pecado daba como fruto la muerte, ahora la libertad que tengo al ser justificado por fe da como fruto la santificación.
Romanos 7
Si he muerto al pecado, ya no estoy atado a él, ahora soy libre para no pecar. Ese es el ejemplo que Pablo pone con el matrimonio. Pero Pablo también escribe que a pesar de que eso es verdad, hay otra verdad en juego: soy un hombre que en mi carne estoy vendido al pecado y aunque quiero agradar a Dios y dejar a un lado el pecado mi carne se rebela y lo que no quiero hacer hago, y lo que quiero hacer no hago.
Pero el mismo Pablo escribe la solución: ¿Quién me librará? Jesucristo, Él es suficiente para librarme de mi naturaleza pecaminosa.
Romanos 8
Hay dos tipos de personas: los que andan en el Espíritu y los que andan en la carne. Si bien es cierto que mi carne se opone al Espíritu (capítulo 7) sí puedo caminar en santidad porque Jesucristo me ha librado de la ley del pecado y me ha dado al Espíritu Santo que es quien me guía, el que me da testimonio de ser hijo de Dios, el que me ayuda en mi debilidad y el que intercede por mí con gemidos indecibles cuando no sé cómo pedir.
Los andan conforme al Espíritu (no piensan en las cosas de la carne) tienen una promesa: todo les ayuda para bien y una esperanza: nada los separará del amor de Dios en Cristo, Señor nuestro.
Reflexiona
1. ¿Cuál sería mi posición ante Dios si no fuera por Cristo?
2. ¿Qué debo hacer para ser salvo?
3. ¿Cómo debo considerarme a mí mismo?
4. ¿Cómo puedo andar en el Espíritu?
5. ¿Qué he aprendido de Dios en estos capítulos?
6. ¿Qué he aprendido de mí en estos capítulos?