martes, 23 de enero de 2018

Permítanme un panegírico: Vicky

En mi viaje a Bolivia encontré una agenda
del tiempo de la universidad
Hace ya muchos años, hacia finales de un mes de agosto cambié mi residencia de Santa Cruz de la Sierra a La Paz, Bolivia. Luego de unas decisiones rápidas (y siendo sinceros, sin considerar mucho todos los factores) cambié de universidad, sin saber que mi vida entera estaba dando un giro para siempre.

El primer día de clases en la Universidad Católica Boliviana estaba nervioso. Desperté muy temprano, y temiendo que el tráfico me retrasara demasiado y salí casi al amanecer para tomar un minibus que me transportara de Villa Fátima a la calle 2 de Obrajes... el camino fue tan sin inconvenientes que unos 30 minutos después, frente a la puerta de mi salón, me congelaba solitariamente, mucho tiempo antes de que otros compañeros comenzaran a llegar.

No recuerdo si la primera persona que llegó, y a quien saludé tímidamente, fue Sol o Carla (a quien con el tiempo aprendería a llamar "Carlita" y que nunca más podría desprenderla de ese diminutivo cariñoso, tanto que aún mi esposa se refiere a ella así: Carlita). Poco a poco fueron llegando los demás estudiantes.

Yo tenía dos desventajas. Primero: llegaba a incorporarme a un segundo semestre y por tanto todos ya se conocían, era el chico nuevo. La segunda: llegaba de Santa Cruz, y no conocía la ciudad ni los códigos de lenguaje ni tantas cosas que luego se hicieron comunes en mi vida.

Al final del día conocí a varias personas. A muchos los llegué a conocer muy bien con el transcurrir de los años y forjamos amistades muy valiosas, pero hoy me enfocaré en una persona en particular:

Un par de meses después de aquella mañana en que estrenaba los amaneceres de La Paz, me encontré abordando el mismo autobús con alguien que yo sabía que estaba en mi salón pero que no conocía. No sé si yo o ella inició la conversación (supongo que ella porque yo siempre he sido sobradamente torpe) pero, a partir de ahí, compartimos infinidad de autobuses de ida y regreso. Resulta que Victoria (Vicky pa los cuates) vivía a unas calles de la casa donde yo estaba viviendo, ahí en Villa Fátima.
Un grupo de amigos de la universidad
en un viaje a Coroico, a donde fuimos con
el pretexto de hacer algún trabajo
(Rodrigo, Martín,Vicky, Karina, Paula
Christian e Ibert)
1995 (?)

Una tarde me pidió prestada mi cámara de vidéo para un trabajo que ella tenía que hacer con otras compañeras, yo dije que sí con todo gusto. Un par de horas después me pidió que le ayudara como camarógrafo, a lo cual dije que sí con mucho gusto... y un poco después me pidió que sirviera de actor en el pequeño "corto" que estaban realizando... una vez más accedí, aunque bastante nervioso.

Ese trabajo detonó una serie de otros nuevos trabajos posteriores y selló mi amistad con Vicky para siempre.

Unos años después, a pesar de sus muchas advertencias y constantes esfuerzos, yo abandoné la universidad buscando ser rico y famoso con una banda que no me llevó al lugar planeado, pero que al final me desembarcó en un destino que tendría México como punto final.

Fue ella quien me presentó a grandes amistades que han enriquecido mi vida de maneras insospechadas e inmerecidas. Ella me ayudó a sobrevivir los constantes ataques de depresión que me inundaban en esos años de desvaríos. Ella pasaba por mí para ir a jugar wally a un costado de la legendaria Plaza Villarroel.

Hace unos meses vino a México y pudimos hablar después de muchos años. Ahora es una exitosa productora de cine y venía precisamente a hacer algo de su más reciente producción.

Recién fue su cumpleaños y con la vorágine de la ciudad y sus trampas, se me fue la fecha y por ello  le debo un panegírico (Entre tantas muchas otras cosas que le debo)

No tengo palabras para poder describir lo mucho que he recibido de parte de Dios a través de la vida de Vicky. En verdad no sospechaba que tras el frío de aquella mañana de inicio de semestre me iba a encontrar con el calor de una amistad que, como las cosas buenas, con el tiempo sólo puede crecer y crecer.

Feliz cumple, querida amiga. (Aunque un poco tarde
... o tal vez anticipado por unos meses )



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