Festejando el 1er cumpleaños de mi batería (1993) |
El 19 de noviembre de 1992 recibí mi batería (un regalo de mis papás). No sabía que eso iba a cambiar por completo el rumbo de mi vida.
De entrada, fue a través de la batería, por una banda que tenía en aquella época ("Fractales") que dejé la universidad para dedicarnos a producir un disco que sin pena ni gloria se difuminó en las buenas intenciones. Luego, comencé a trabajar tocando blues todos los fines de semana en "Clapton, club de blues" con "Los perros rabiosos" y fue ahí que se me abrió el horizonte a grandes bateristas.
Fue por eso que cuando se presentó la oportunidad de estudiar en México, dejé todo y con mis baquetas, un CD de Serrat y una que otra camisa tomé un avión y aterricé en este valle que tenía muchas sorpresas preparadas.
Dios utilizó esto que sucedió en 1992 para traerme y revelarse a mi vida casi 10 años después, pero todo fue en su tiempo, con una precisión milimétrica. Incluso, Dios determinó sacarme de mi casa y mi comodidad porque eso también era necesario...
Hoy -que ya no toco batería nunca- recuerdo con cariño cómo en el momento oportuno esa Pearl color vino llegó a casa... y yo sin saber que Dios planeaba algo.
Pablo le dice a los Atenienses que Dios ha "...prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación..." (Hechos 17:26) En mi vida, Dios prefijó esos tiempos: el tiempo en el que llegaría mi batería, el tiempo en que dejaría la universidad, el tiempo en el que dejaría mi país... el tiempo en que Él se revelaría a mi vida. Y también ha fijado los límites de mi habitación: primero viviendo de niño en La Paz, luego con mi familia a Santa Cruz, luego en la universidad a La Paz, luego con Fractales a Cochabamba, luego con "Los perros..." a Santa Cruz y luego a México.
Ver hacia atrás y reconocer que Dios siempre ha tenido el control me anima a seguir adelante confiando en Él.
Les comparto alguna una escena de esa época:
En la Universidad, un tema de Silvio Rodriguez con mis amigos del 'Taller de Música Popular' de la Universidad Católica Boliviana
Jaja, ahora entiendo esa repulsión hacia las letras de Arjona. Un abrazo Ibert, que el Señor Todopoderoso te siga bendiciendo y dando sabiduría de lo alto para compartir, bendecir, y ser bendecido.
ResponderEliminarUn abrazo. Gracias por pasar por darte una vuelta por aquí
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