lunes, 27 de julio de 2009

Pedir bien

“Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites”

(Stg 4:3)

Cuando Santiago dice que “piden mal” no está hablando de la “técnica” al hacer la oración, sino de la intención del corazón. Es decir, “pedir bien” no hace referencia a la estructura o volumen de la oración, ni tampoco a la “seguridad con que pido lo que deseo”, ni siquiera a las palabras que utilizo. La frase “porque pedís mal” puede también traducirse como: “pides con malignidad” o “pides sin misericordia”.

Jesucristo dijo que el secreto de la oración contestada está en que “permanezcamos en Él y sus palabras en nosotros” (Juan 15:7). Jesús ya había enseñado cuál era el propósito de la oración: “Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo” (Juan 14:13, énfasis añadido).

Eso es lo que Santiago está diciendo: pides y no recibes porque no estás pidiendo algo en lo que el Padre pueda ser glorificado, sino que estás pidiendo cosas en las que tú buscas tu propia gloria.

2 comentarios:

  1. Sabes algo Ibert, me gusta mucho tu block, es edificante y pues espero que puedas escribir mas seguido la verdad.
    Sabes ando en una etapa muy dificil de mi vida, yo siempre le dije a mi señor que jamas lo dejaria y no es que fuera mentira, pero ultimamente he fallado mucho y no te imaginas lo rudo que se ha puesto las circunstancias, pero bueno. Bendigo tu vida grandemente, Erick Martin, Cancun, Mexico.

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  2. Hola Erick,
    Gracias por tus palabras, sólo puedo recordarte que Dios es fiel y fue Él quien te llamó, solo porque te ama, aún sabiendo cómo ibas a fallar.
    Por eso nos dejó escrito 1 Juan 1:9
    "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad."

    Así que, no sé en qué has fallado, pero simplemente confiesa tus pecados a Dios y regresa, cada día. Él no ha retirado su mano.
    Como dice Hebreos 12 "...nosotros, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe..."
    Si has caído en esta carrera, simplemente ponte de pie, despójate del pecado (1 Juan 1:9) y no apartes tus ojos de Jesús, su Misericordia se renueva cada día. Que Dios te bendiga, voy a orar por ti.
    Ibert

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