Cuando llegué a vivir a México, evidentemente no tenía nada más que un disco, un poco de ropa, un par de baquetas y mi metrónomo (Luego compré una guitarra). Y por muchos años me mantuve así.
Sólo tenía una regla para comprar algo: ¿me lo voy a poder llevar a Bolivia sin problemas?, y cada vez que iba a visitar a mi familia tomaba todos los CDs que había acumulado en el año (sí, en esa época se compraban CDs, no existía spotify) y los llevaba a mi casa, allá en Santa Cruz.
Muchas veces deseé comprar una lavadora, pero eso era algo que ya me iba generar incomodidades al momento de irme a Bolivia porque tendría que venderla y todo eso… por eso el primer año en México lavaba mi ropa a mano, no valía la pena un gasto innecesario si estaba sólo de paso en este país.
Y así renuncié a varias cosas que podrían ser útiles pero que definitivamente retrasarían mi salida si es que hubiese querido ir a casa inmediatamente. Las incomodidades de no tener tele, lavadora, automóvil, celular, etc. Desaparecían tras la siempre inminente posibilidad de regresar a Bolivia.
Esa debe ser nuestra postura ante las cosas de este mundo, porque los esfuerzos y angustias por conseguir las cosas materiales nos ahogan y al final de cuentas todo cuenta como nada a la hora de entregar al creador el cuerpo que nos prestó por un tiempo.
Jesús decía claramente: “no os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan, porque donde esté vuestro tesoro allí estará vuestro corazón” (Mateo 6:19-21). Esa es la clave, hacer mis tesoros allá y entonces mi corazón ira hacia donde está el Creador, no funciona al revés, el tesoro no sigue al corazón sino el corazón al tesoro. Haz tus riquezas en el Cielo y tu corazón añorará más y más el Cielo, entonces podrás ver la verdadera dimensión de esta vida: una “neblina que se aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece” (Stgo 4:14)
Y ya que hablamos de Bolivia, me puse nostálgico y aquí pongo unos temas bolivianos interpretados por mi amigo Pirai Vaca (a quien veo de tanto en tanto y siempre en una ciudad distinta…)
Sólo tenía una regla para comprar algo: ¿me lo voy a poder llevar a Bolivia sin problemas?, y cada vez que iba a visitar a mi familia tomaba todos los CDs que había acumulado en el año (sí, en esa época se compraban CDs, no existía spotify) y los llevaba a mi casa, allá en Santa Cruz.
Muchas veces deseé comprar una lavadora, pero eso era algo que ya me iba generar incomodidades al momento de irme a Bolivia porque tendría que venderla y todo eso… por eso el primer año en México lavaba mi ropa a mano, no valía la pena un gasto innecesario si estaba sólo de paso en este país.
Y así renuncié a varias cosas que podrían ser útiles pero que definitivamente retrasarían mi salida si es que hubiese querido ir a casa inmediatamente. Las incomodidades de no tener tele, lavadora, automóvil, celular, etc. Desaparecían tras la siempre inminente posibilidad de regresar a Bolivia.
Esa debe ser nuestra postura ante las cosas de este mundo, porque los esfuerzos y angustias por conseguir las cosas materiales nos ahogan y al final de cuentas todo cuenta como nada a la hora de entregar al creador el cuerpo que nos prestó por un tiempo.
Jesús decía claramente: “no os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan, porque donde esté vuestro tesoro allí estará vuestro corazón” (Mateo 6:19-21). Esa es la clave, hacer mis tesoros allá y entonces mi corazón ira hacia donde está el Creador, no funciona al revés, el tesoro no sigue al corazón sino el corazón al tesoro. Haz tus riquezas en el Cielo y tu corazón añorará más y más el Cielo, entonces podrás ver la verdadera dimensión de esta vida: una “neblina que se aparece por un poco de tiempo y luego se desvanece” (Stgo 4:14)
Y ya que hablamos de Bolivia, me puse nostálgico y aquí pongo unos temas bolivianos interpretados por mi amigo Pirai Vaca (a quien veo de tanto en tanto y siempre en una ciudad distinta…)
Este tema no es boliviano pero por cómo toca Pirai vale la pena ponerlo ¿no?