"…Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios, fortalecidos con todo poder, conforme a la potencia de su gloria, para toda paciencia y longanimidad…"Col 1:9-11
El propósito de ser lleno de conocimiento de Su Voluntad (por qué pedir eso, o por qué es necesario) tiene un propósito claro: Para andar como es digno del Señor, y eso se evidencia de cuatro maneras, andar:
- Agradándole en todo. O sea, no sólo apartarme del pecado y caminar “neutral”, sino que todo en mi vida se haga con una razón: agradarle a Él, no sólo “no desagradarle”
- Llevar fruto en toda buena obra. Mi vida debe caracterizarse por llevar buenas obras (no para salvación, sino porque soy salvo), llevando el fruto del evangelio para Su Gloria
- Creciendo en el conocimiento de Dios. Esto es conocerle un poco más cada día, no limitarme a ser alguien que conoce de Dios, sino conocerle a Él mismo.
Al igual que en las relaciones humanas, la fortaleza de la relación es proporcional al tiempo que se invierte en la misma.
Al igual que en las relaciones humanas, la fortaleza de la relación es proporcional al tiempo que se invierte en la misma.
- Fortalecido (…) conforme a la potencia de Su Gloria. Andar fortalecido es necesario para que las circunstancias de la vida no me quiebren, y eso se consigue dejando de descansar en mis fuerzas y apoyándome en las fuerzas que Él me da, esa fuerza me permite tener paciencia y longanimidad.
Mientras permanezco en La Palabra voy conociendo Su Voluntad y puedo ver el resultado si estoy andando agradándole en todo, llevando buen fruto en todo, creciendo en mi conocimiento de Dios y siendo cada vez más paciente y longánimo a través de Su Fortaleza. Justo lo contrario sucede cuando estoy en pecado: no le agrado, no puedo llevar buen fruto, mi relación con Él está rota y eso se refleja en falta de paciencia; y la falta de paciencia normalmente me lleva a confiar en lo que ven mis sentidos en vez de confiar en Su Palabra y así, de esa manera, continúo en pecado.