miércoles, 27 de marzo de 2013

Justos y Verdaderos son Sus caminos

Hace unos días me encontré con una amiga que no veía hace casi 15 años. Muchas cosas han pasado en nuestras vidas desde la última vez que nos vimos: ella casada, yo casado. Ella con hijos, yo también. Ella estuvo viviendo unos años fuera de Bolivia, yo tengo más de 10 años viviendo en México. Pero, a pesar de las coincidencias, nuestras vidas han sido muy distintas, partiendo del simple hecho de que la última vez que nos vimos yo no era cristiano y ella sí.

Empezamos a recordar los tiempos de la escuela y posteriormente ella comenzó a contarme las cosas que Dios hizo en su vida y las cosas que Dios tuvo que permitir para que ella madurara en su fe. Luego repasamos cómo era yo antes de Cristo y lo absurdo que hubiera sido imaginar -en aquella época- que yo le rendiría mi vida a Cristo. Me contó cuánto se alegró cuando se enteró de que ahora mi vida la determinaba La Palabra.

Cuando llegué a mi casa me puse a meditar en cómo Dios hace cosas tan distintas en cada quien, aún cuando las circunstancias puedan ser similares, Dios puede hacer todo de manera diferente. Alguien podría pensar que algunas de estas cosas son "injustas" (el famoso "¿por qué a mí...?") pero cada uno tiene su propia historia y Dios desarrolla sus propios "métodos". 

Puede que la forma en la que Dios trató conmigo difiera de la forma del modo en que Dios trató con mi amiga, pero el resultado es que hoy ella y yo hemos entendido claramente cuál es el propósito de Dios y estamos rendidos a sus pies.

Al final de cuentas, tal vez por eso los mártires de la gran tribulación, sin importar cómo llegaron al cielo, proclamarán: "Justos y verdaderos son todos tus caminos" (Apocalipsis 15:3). Por mi parte, yo puedo repasar lo que ha sucedido en mi vida, las cosas buenas  y malas que tuve que vivir, las personas que tuve que dejar y las que tuve que soportar que me dejaran, la gente que apareció y recibí con gusto y la que apareció como un dolor de cabeza... Puedo ver todo eso y saber que eso fue lo que me trajo a los pies del Señor, y puedo tener la certeza de que claramente: justos y verdaderos son todos sus caminos, no hay nada que reclamar, no hay nada que corregir. Dios hizo todo perfectamente... aunque a veces no lo entendí, y aunque a veces no me gustó; de todos modos todo fue perfecto. Justos y verdaderos son todos Sus caminos.

martes, 12 de marzo de 2013

Flavilabar...

En la revista Algarabía,  me encontré esta pequeña nota:


Flavilabar es, entonces esa costumbre -casi un deporte, diría yo- de ignorar el propósito por el cual existe el color amarillo en los semáforos; se sustituye el frenado preventivo que debería anteceder al inminente "alto total" del rojo por la aceleración venturosa del "a ver si alcanzo".

Si bien en los terrenos intrépidos del oficio de conducir por las calles de esta ciudad -sea cual sea-, flavilabar es algo común y a menudo sin consecuencias (tal vez alguna "exhortación" con el claxon de otro conductor... que seguramente "flavilabará" en la siguiente oportunidad...), cuando flavilabamos en el terreno espiritual, las consecuencias raramente pueden evitarse.

Por tanto, cuando te encuentres ante el amarillo intermitente que viene antes del pecado no flavilabees, sino frena en seco. Seguramente, al igual que con el coche, la prisa está conduciendo en vez de la sabiduría y un alto puede ser no sólo oportuno, sino necesario. Probablemente hay cosas que perderás en la pausa, pero no será la comunión con Dios :)

En la carta de Santiago encontramos una serie de pasos que, si aprendes a identificarlos en tu vida podrás evitar el impulso de flavilabar espiritualmente, sobre eso escribí en este enlace hace algunos años.

Algunas aclaraciones:

1. Traté de utilizar el verbo Flavilabar (ahí va otra vez) la mayor cantidad de veces posible, a riesgo de sonar redundante... pero, es que ¿cuándo más tendré oportunidad de utilizarlo?
2. Las conjugaciones las hice de acuerdo al instinto... ni me molesté en buscar la conjugación de flavilabar (lo pude usar una vez más) en internet, así que fue, digamos, una licencia auto-autoritaria :)
3. Si bien mi propósito era escribir sobre el flavilabar (¿qué tal eh? otra más) espiritual, también evita el flavilabar callejero ¿no?