viernes, 20 de abril de 2012

Leeland: "I wonder"

Ah... el tema de la música, y sobre todo el tema de la música cristiana (?). Muchas veces me he sentido frustrado por no encontrar canciones, grupos o cantantes o compositores que vayan más allá de rimar cruz, luz y Jesús.

Es verdad, hay muchos compositores muy buenos cuyas canciones nos hacen reflexionar y nos permiten ver un poquito una esquina de la eternidad...mi lamento es que cuesta un poquito dar con ellos (por lo menos a mí me cuesta un poco).

Pero bueno, estos días he estado escuchando esta canción y me ha servido para enfocar mis ojos en Su Obra, en mí necesidad y en Su Naturaleza (¿para qué otra cosas podría servir una canción, sino sólo para adorara al Creador, Sustentador y Redentor de mi propia existencia?), así que quisiera compartirla contigo.
Si hablas inglés o simplemente te gustó la canción aquí pongo una recomendadíssisisisisisisima versión acústica (en verdad, date unos minutos y óyela) que además viene con una entrevista en la que explican por qué y cómo surgió la canción, y al final te enseñan los acordes y todo para que la puedas cantar.
 

viernes, 13 de abril de 2012

Declaración de un joven pastor de Zimbabwe


Repasando algunas cosas para una clase en el IBSM, me encontré algo que el pastor Jaime Foote (dale click para ir a su cuenta en Twitter y síguelo) nos leyó. Es una pequeña carta, una suerte de declaración de vida que hizo un joven pastor de Zimbabwe. Este texto fue encontrado después que él fuera asesinado por su fe en Jesucristo:
(En internet hay una gran variedad de versiones y traducciones de este mismo texto, tomé el que el pastor Jaime nos leyó en clase hace unos años)

Yo soy parte de la fraternidad de los que no se avergüenzan
Ya eché mi suerte, ya he rebasado una línea, ya tomé una decisión. Yo soy su discípulo y no miro atrás, no aflojo el paso, no retrocedo y no me quedo quieto.

Mi pasado está redimido. Mi presente tiene sentido y mi futuro está asegurado.  Ya no aguanto más esa vida mediocre: andar por vista, tener rodillas suaves, sueños sin color, visiones domesticadas, hablar mundanamente, vivir barato y tener metas enanas.

Ya no necesito la preeminencia, la prosperidad, la posición, la promoción, los aplausos o la popularidad. Ya no necesito tener la razón, o ser el primero, o el mayor, o ser reconocido o elogiado, o recompensado. Ahora vivo por fe y me apoyo en Su Presencia, ando con paciencia. La oración me levanta y trabajo por el poder de Su Espíritu

He enfilado mi rostro. Mi marcha es acelerada. Mi meta es el cielo. Mi camino es estrecho, mi senda es áspera, mis compañeros son pocos pero mi guía es confiable y mi misión es clara.

No me pueden comprar, no me pueden disuadir, no me pueden desviar, no me pueden seducir, no pueden  cambiarme el rumbo, no me pueden engañar, no me pueden demorar.

No voy a flaquear ante el sacrificio, no voy a titubear en presencia del adversario. No voy a negociar en la mesa del enemigo, no voy a meditar ante los charcos de popularidad ni voy a serpentear en el laberinto de la mediocridad.

No me rindo, no me callo y no doy tregua hasta que haya permanecido, atesorado, orado, pagado y predicado la causa de Cristo.

Yo soy un discípulo de Jesús. Voy dar hasta que ya no pueda más, predicar hasta que todos sepan y trabajar hasta que Él venga...
...y cuando Él venga por los suyos, no tendrá problemas en reconocerme porque mi bandera estará en alto.

lunes, 2 de abril de 2012

¡Oremos! tres veces al día antes de cada comida...

En Semilla de Mostaza estamos celebrando que un grupo de jóvenes (seis en total) van en estos días a una comunidad rarámuri a servir en la construcción de una letrina, una cancha y alguna otra obra.
El viaje en sí mismo es una travesía: horas de vuelo, luego horas en autobús y por último horas de caminata por la sierra. Todo esto con el peligro natural de caminos poco transitados y además frecuentemente utilizados por grupos de narcotraficantes.
En fin, el viaje no es sencillo pero estos muchachos han estado orando por mucho tiempo esperando la oportunidad de ser enviados por Dios.Algunos van a estar dos semanas, otros se quedarán allá un mes y hay parte del equipo que ya está un mes en ese lugar

¿Qué podemos hacer nosotros?

La manera más sencilla (pero de ninguna manera insignificante) de involucrarnos es mediante la oración. ¿Qué te parece si todos los días, al momento de dar gracias a Dios por tus alimentos, le pides a nuestro Señor que guíe, fortalezca y bendiga a cada uno de esos chicos y la comunidad a la que están yendo a servir? ¿Te imaginas si todos oramos tres veces al día porque Dios utilice a estos muchachos como canal de Su Amor y como herramientas para revelarse a toda esa comunidad? (Lee Lucas 18:1-8)

¡Oremos! Dios es fiel